El trompetista: eternamente joven
Vida más o menos confesa del trompetista Bix Beiderbecke. Más o menos, porque, entre otras cosas, el público no sabía ni sabe aún quién fue el magnífico músico de Chicago. Bix Beiderbecke fue contemporáneo de Armstrong, y uno de sus no imitadores, sino todo lo contrario, lo cual, en su época, ya tenía mérito. Pues eso, la vida de El trompetista es la de Bix, Kirk Douglas en la película. Pero como está trasladada de época y de ambiente, sólo será un dato para el muy aficionado.
Fuera de esto, la película es magnífica. Es de Michael Curtiz, que, aparte de Casablanca, hizo más cosas, y algunas muy buenas. No suele estar bien considerado dentro de la historia este Curtiz. Ni es un nombre que se recuerde entre los grandes. Quizá no lo sea, pero no quita a que sea un artesano eficiente, un hombre de estudio nada brillante, discreto, pero honrado y cumplidor.
Del año 50, en El trompetista, Kirk Douglas encarna a un músico que desde chico quedó prendado por la música de los negros. Alma de negro tenía Bix y alma de negro tiene Douglas en el film, Rick Martín. De niño, Rick conoce por primera persona a un músico negro de jazz, un imaginario Art Hazzard, que le iniciará en el asunto. Una trompeta de segunda mano será su primer instrumento. De joven comienza su aprendizaje, sus amoríos (Doris Day), más tarde llega su emancipación profesional, que no su equilibrio personal y musical. Él quiere conseguir un sonido único, convertirse en referente del circuito musical. En su intento, le pasan varias cosas, entre ellas Lauren Bacall y las botellas de alcohol. Doris Day acaba arrinconada, Lauren se convierte en su perdición, y las botellas en sus mejores amigas.
Y sale Hoagy Carmichael, haciendo, cómo no, de compadre de Rick, el amigo simpático, fiel y pianista. No lo hace mal, en verdad, Carmichael, cuando se pone delante de la cámara. Y no lo hacen mal ninguno del reparto, incluida Doris Day antes de hacer una pareja de cine de Rock Hudson.
Y Kirk Douglas era un buen actor. Tenía en su favor un físico y una presencia, que no es poco. Sus detractores pueden argumentar ciertas limitaciones interpretativas. Quizá, que fuera una estrella con mayúsculas, al menos pasado un tiempo de esta película. Pues en esta película Douglas tiene un registro poderoso de drama. En drama era un tipo que daba, que resultaba, que transmitía. Y en esta biografía encubierta de Bix Beiderbecke, además Douglas parece un apósito a la trompeta como si con él hubiera ido la cosa toda la vida.
Las canciones forman parte del archivo popular americano: Tea for two, I only have eyes for you, The man I love, Get happy Quien dobla a Douglas en los temas a la trompeta es el gran Harry James. Y Doris Day confirma que era una magnífica artista vocal cantando algunas canciones.
Fuera de esto, la película es magnífica. Es de Michael Curtiz, que, aparte de Casablanca, hizo más cosas, y algunas muy buenas. No suele estar bien considerado dentro de la historia este Curtiz. Ni es un nombre que se recuerde entre los grandes. Quizá no lo sea, pero no quita a que sea un artesano eficiente, un hombre de estudio nada brillante, discreto, pero honrado y cumplidor.
Del año 50, en El trompetista, Kirk Douglas encarna a un músico que desde chico quedó prendado por la música de los negros. Alma de negro tenía Bix y alma de negro tiene Douglas en el film, Rick Martín. De niño, Rick conoce por primera persona a un músico negro de jazz, un imaginario Art Hazzard, que le iniciará en el asunto. Una trompeta de segunda mano será su primer instrumento. De joven comienza su aprendizaje, sus amoríos (Doris Day), más tarde llega su emancipación profesional, que no su equilibrio personal y musical. Él quiere conseguir un sonido único, convertirse en referente del circuito musical. En su intento, le pasan varias cosas, entre ellas Lauren Bacall y las botellas de alcohol. Doris Day acaba arrinconada, Lauren se convierte en su perdición, y las botellas en sus mejores amigas.
Y sale Hoagy Carmichael, haciendo, cómo no, de compadre de Rick, el amigo simpático, fiel y pianista. No lo hace mal, en verdad, Carmichael, cuando se pone delante de la cámara. Y no lo hacen mal ninguno del reparto, incluida Doris Day antes de hacer una pareja de cine de Rock Hudson.
Y Kirk Douglas era un buen actor. Tenía en su favor un físico y una presencia, que no es poco. Sus detractores pueden argumentar ciertas limitaciones interpretativas. Quizá, que fuera una estrella con mayúsculas, al menos pasado un tiempo de esta película. Pues en esta película Douglas tiene un registro poderoso de drama. En drama era un tipo que daba, que resultaba, que transmitía. Y en esta biografía encubierta de Bix Beiderbecke, además Douglas parece un apósito a la trompeta como si con él hubiera ido la cosa toda la vida.
Las canciones forman parte del archivo popular americano: Tea for two, I only have eyes for you, The man I love, Get happy Quien dobla a Douglas en los temas a la trompeta es el gran Harry James. Y Doris Day confirma que era una magnífica artista vocal cantando algunas canciones.
4 comentarios
JORGE CARLOS PONCIANO VARGAS -
Vir& -
El jazz está en mi vida y en la De mi niño, marca varios soundtracks en nuestros días.
Entrañable blog.
Salutes.
lacasiopeaa -
lacasiopeaa -
Sí que es verdad que mucha gente no sabe quién fue. Ni siquiera muchos aficionados al jazz...
Llegué a Bix tras oir o leer (no puedo recordarlo) que el sonido que le arrancaba a la trompeta era como una mujer diciendo sí.
De todos modos, que nadie le conozca él mismo ya lo predijo. Poco antes de morir, descubrió que sus padres no habían abierto los discos que había ido mandándoles...
Pero bueno, para todos aquellos que leen a los beat y adoran a Charlie Parker, deberíamos dejar bien claro que fue el gran Bix Beiderbecke el que inauguró el mito de músico de jazz que muere joven y vive envuelto en un halo de drogas y existencia salvaje.
¡Felicidades por la página!