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Cine y Jazz

Wild man blues: un tipo corriente

Wild man blues: un tipo corriente

Wild man blues comienza y Woody Allen dice que hay millones de personas en el mundo a los que no les interesa el jazz y no digamos ya el Dixieland, lo toque él o lo toque Sidney Bechet. A los conciertos de la New Orleans Jazz Band en la que Woody Allen toca el clarinete, conciertos por Europa que recoge el documental Wild man blues, acude toda esa pléyade de gentes amantes del jazz Dixieland que (ejem) habrían ido igualmente a un concierto de Dixieland de no estar Woody Allen tocando el clarinete. ¿Verdad? ¿Alguien conocía de los que fueron al concierto de Madrid, que es el primero de los conciertos que enseña el film, alguien conocía el nombre de alguno de los músicos que acompañaban a Woody Allen? ¿Habrían pagado las 4.000 (24 euros actuales) pesetas que costaba asistir al concierto de no figurar Woody Allen en la lista de intérpretes? ¿Habríase llenado de 1700 localidades el aforo del local en caso de? ¿Habría costado 4000 antiguas pesetas el concierto en caso de? ¿Habría asistido el antiguo ministro José Barrionuevo al concierto de no haber cámaras que recogieran el evento en caso de? ¿Habríase hablado de un concierto de Dixieland en todos los noticiarios del país en caso de? ¿Van a ver jazz, van a ver a Woody o van a figurar?

 

Hombre, Woody Allen ya dice en el documental que él se afana en intentar que cada concierto de su banda (que en realidad dirige el banjo Eddie Davis, pero la fama, ya se sabe) sea cada vez más primitivo y menos fácil de digerir, pero claro, la fama de nuevo hará que todos le rían las gracias, aunque se aburran sobremanera en un concierto de Dixieland, que a lo mejor es el primero que contemplan en su vida. Tipo de espectador asistente al concierto, que ya definió tan acertadamente como de costumbre el mágico verbo de Olvido: yo/a, pequeño/a burgués/a acomodado/a de la nobleza urbana de la capital, yo/a, que te miro con orgullo por encima del hombro a ti, pequeño e insignificante mortal, yo/a, que voy a ir a un concierto de Woody Allen, al que tú ni siquiera conocerás, pero que también toca jazz, aparta, que llego tarde.

 

Quedan perfectamente retratado en la película este tipo de gentes que acude a ver un concierto de jazz: Oh, señor Allen (curioso el cambio de tratamiento con el resto de los mortales) es usted muy inteligente, muy inteligente, me encantan sus películas (¿¿!!!!)

 

Alleniana 

 

Me voy del tema. La película muestra también al Allen cotidiano. No le gusta la tortilla de patata. El alcalde de no sé qué ciudad italiana le parece un pesado. No le gusta que le hagan fotos a la entrada del hotel. Dice palabrotas y le gusta la cerveza. Luego está Venecia, París, Londres... Ahora sé que Letty Aronson, productora de alguna de sus películas, es su hermana. Ves al padre de Allen, al que vemos al final del film, y te explicas muchas de las aspectos autobiográficos de sus películas. No es una película Allen pero Allen actúa y hace de Allen. Tonto no es y lo sabe. Se está vendiendo, al fin y a la postre. Ya lo dice la señora aquella: es muy inteligente, muy muy inteligente.

Soon Yi le canta las cuarenta en alguna ocasión: “Diles a los músicos que ayer estuvieron muy bien, Woody”. A mí Soon Yi ni me va ni me viene. Prefiero a Diane Keaton, qué queréis que os diga. Annie Hall, Annie Hall. 

A Woody le agasajan con galardones y honores allá por donde pisa. Pregunta: ¿Hay algún director, joven o veterano, que levante las pasiones que levanta Allen en la película? Curioso que así ocurra con él, si tomamos el hecho de que mucha gente no ha visto sus películas o confiese abiertamente que no le gusta su estilo de cine.

 

La directora es una experta en documentales. Barbara Kopple. Creo, por lo visto en esta película, que es una visionaria y perfecta retratista de segundo plano, lo mejor que se le puede decir a un documentalista. Bueno, el estilo de Michael Moore es diametralmente opuesto, pero también me gusta.

 

Los padres del jazz

 

El repertorio jazz, para muchos desconocido, incluye composiciones clásicas del Dixieland primitivo. Allen toca el registro chalumeau del clarinete. Allen lleva más de 40 años dándole a la boquilla. No es un genio como en el cine pero es un aficionado competente, como tantos otros, pero es que éstos son desconocidos y no acaparan la atención de gente que te dice lo inteligente que eres. Él lleva la voz cantante, él presenta al grupo y las canciones. Como no puede ser de otra manera, ciertamente.

 

Los que de verdad saben son la banda que le acompaña, gente de las que Allen confiesa en la película que apenas recuerda el nombre a la hora de presentarlos en los conciertos. Wild man blues es un tema que inmortalizó para la posteridad Louis Armstrong. También lo son St. Louis Blues, Shine, You rascal you. Me gusta que cuando están en Italia pongan la música Amarcord, 8 ½ y otras películas de Fellini. Los nombres de la New Orleans Jazz Band: Dan Barret al trombón; Simon Wettenhall es el trompetista; Cynthia Sayer, la pianista, estupenda según Allen; Eddy Davis el banjo; Greg Cohen, el bajo; John Gill es el batería. Y alguien toca el clarinete.

Os los pasaréis bien con Wild man blues. Guste o no el jazz. Guste o no Woody Allen. Guste o no el Dixieland.

3 comentarios

ignatiusmismo -

A mí me sirvió para desmitificar al mito, como cuando le hace ascos a una tortilla española en plena suite del hotel ritz o palace de madrid.

javi -

recuerdo el documental con cierto cariño, una primera sesión, cuatro o cinco en las sala de un cine que ya no existe...

acaba de acabar el 30 aniversario de jazz de Vitoria, Paco de Lucia + Wynton Marsalis, Michel Camilo + Tomatito + Enrique Morente, Medeski Martin & Wood, SONNY ROLLINS.....Escribo sobre éste último en el blog www.buaggg.blogia.com con seudónimo. u saludo desde la butaca.

Alvy Singer -

Un documental que funciona muy bien en su intención de retratar el capricho jazzistico de Allen y la actitud de la gente a la perfección. Más recomendable que ir a sus actuaciones.

¡Un saludo!